Mi pacto con vos está escrito en las estrellas, es más fuerte que la distancia y el tiempo, es un pacto que vence al destino.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Prologo

A las diez de una cálida noche de jueves, Peter Lanzani estaba sentado en su furgoneta, mirando la pequeña casa de alquiler en la que Lali Esposito vivía. No dejaba de decirse que era  una  locura estar allí. Él no era el tipo de hombre que pudiera  pedir nada. Tenía por costumbre  no necesitar a  nadie.  De niño había aprendido que mostrarse como un ser vulnerable nunca recibía recompensa.
No obstante, se había enterado de que Lali Esposito y Benjamín Amadeo estaban prácticamente comprometidos para casarse y que Lali iba a abandonar el pueblo para marcharse con él. Peter sabía que, si lo hacía, estaría cometiendo una gran equivocación. Benjamín no cuidaría de ella del modo en el que él lo haría. Benjamín no la amaría como la amaba él. Benjamín tan sólo se amaba a sí mismo.

Peter respiró profundamente y apagó el motor de la furgoneta. Entonces, descend del  coche y se dirigió hacia la entrada de la casa. Había esperado que Lali decidiera regresar con él.  Durante unas pocas semanas, habían compartido algo apasionado y embriagador. Estaba seguro de que ella sentía lo mismo que él. Sin embargo, la familia de Lali y la mayoría de sus amigos la habían convencido de que, si aceptaba a alguien como Peter, un hombre con un pasado criminal y sin demasiado futuro, estaría arruinando su vida. Por eso, estaba a punto de salir huyendo para casarse con otro hombre.
Tal vez terminara casándose con Benjamín, pero no iba a hacerlo sin saber lo que Peter sentía por ella. Él ya tenía demasiadas cosas de las que arrepentirse...
Tardaron varios minutos en abrir la puerta. Lo hizo Candela, la mejor amiga de
Lali.
Oh... mmm... Hola, Peter.
¿Está en casa?
Mira, no creo que...
Peter la interrumpió antes de que ella pudiera terminar la frase.
La vi entrando en el garaje.
Ah —comentó Candela, con una avergonzada sonrisa—. No estaba segura de que hubiera llegado, pero, si la acabas de ver, seguro que está en casa.Espera un momento.
Mientras aguardaba, Peter sintió que el pulso se le aceleraba. Nunca le había abierto  su corazón a ninguna mujer, por lo que no estaba seguro de por nde debía empezar. No se había permitido amar a muchas personas.
«Eres un estúpido tan sólo por intentarlo. Eso ya lo sabes, ¿verdad? ¿Quién eres para  decir que eres mejor que Benjamín? Al menos, él viene de una buena familia y tiene un título universitario. ¿Qué tienes tú que ofrecerle?», se decía.




Estuvo a punto de darse la vuelta para marcharse, pero, justo entonces, Lali apareció en el umbral de la puerta.
¿Peter? —preguntó. Parecía sorprendida al verlo allí. No se había puesto en contacto  con  él  desde  que  habían  tenido  aquella  fuerte  discusión  hacía  varias semanas, cuando ella le había dicho que se había terminado todo entre ellos y que quería empezar a salir con Benjamín.
¿Podemos hablar?
No lo creo respond ella—. En realidad, no hay nada que decir.
Estás cometiendo un error, Lali.
Eso no lo sabes.
Tal vez Peter no lo sabía, pero lo sentía. Dejar que Lali se casara con otro hombre  era  un  error.  Había  tardado  casi  treinta  años  en  enamorarse,  pero  el infierno en el que había vivido aquellas semanas sin Lali no le había dejado duda alguna de sus sentimientos.
Lo que había entre nosotros era muy bueno.
Yo... no puedo discutir sobre eso, pero... pero... —se interrumpió Lali. Entonces, se metió un mechón de su largo cabello rubio detrás de la oreja, como si estuviera nerviosa, y miró  por encima del hombro. Lo siento. Ya he tomado una decisión.
Tenía una expresión torturada en sus enormes ojos marrones. Peter sabía que estaba dividida entre lo que pensaba, lo que sentía y lo que los demás le decían. Sabía que Lali tenía  miedo de lo que él había sido en el pasado. Ni siquiera él mismo  desearía  que  una  hija  suya  se  casara  con  un  ex  presidiario.  No  podía cambiar su pasado, tan sólo su futuro...
Lali... susurró él. Entonces, extend la mano y le acarició suavemente la mejilla. Aquel breve contacto le hizo desear abrazarla y ella pareció sentir algo similar. Cerró los ojos y     le apre el pómulo contra la palma de la mano de Peter, como si estuviera deseando sentir sus caricias —. n sientes algo por mí. Lo sé. Vuelve conmigo...
Bajo la tenue luz del porche, vio que los ojos de Lali se llenaban de lágrimas.
 No  replicó  ella.  Entonces,  apar la  mano  de  Peter—.  No  me confundas.  Benjamín me dice que, cuando lleve unos meses lejos de aquí, todo me parecerá diferente. Nos vamos a casar, vamos a tener una familia...
Pero no amas a Benjamín. Ni siquiera te imagino con ese imcil.
Es un buen hombre, Peter. ¿Por q? ¿Porque te ayudó a conseguir el dinero para cambiar el suelo del club Elks?
Eso fue algo muy importante. Sin él, probablemente no habría podido crear el club de solteros.
Sólo lo hizo para impresionarte. ¿Es que no te das cuenta?

Peter, no quiero discutir sobre Benja. Estoy tratando de tomar la decisión acertada sobre mi futuro y también sobre el tuyo. Tengo que irme...
Cásate conmigo, Lali dijo él de repente, muy apasionadamente .Sé que puedo hacerte feliz.
Lali abr mucho los ojos. Sin que pudiera evitarlo, le cayeron dos lágrimas por las mejillas.
Peter, no puedo. Tú no estás listo para atarte a una esposa y a una familia.  Amas  demasiado  tu  libertad.  Lo  supe  desde  el  primer  momento  que empezamos a salir.
Lali, tal vez no habríamos llegado a esto si...
Lo siento, Peter replicó ella, antes de que pudiera terminar la frase Tengo que dejarte.
Con eso, le cerró la puerta en las narices. Cuando echó el cerrojo, Peter supo que la había perdido.


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