Hizo que Gator me invitara a pasar la noche. Estuvo flirteando conmigo, frotándose contra mí cuanto podía. Yo hubiera podido notar su interés desde el otro lado de la sala. No hacía falta ser un genio para imaginarse lo que quería.
-Tus padres debieron enfadarse mucho cuando se enteraron.
-¿Estás de guasa? -le espetó él-. Nunca supieron lo que pasaba en mi vida. Estaban demasiado ocupados matándose el uno al otro.
-¿Sigue viva la madre de tu amigo?
-Sí. Por aquél entonces sólo tenía unos treinta y tantos.
-¡Se podría haber quedado embarazada!
-Estaba tomando la píldora.
-¿Has tenido algún contacto con ella recientemente?
-Claro que no. Ni pienso hacerlo.
-¿Se enteró Gator?
-Dios, espero que no -respondió Peter mientras tomaban el desvío que llevaba a la granja.
-No lo sé. Perdí todo contacto con él cuando me metieron en la cárcel. Lali se volvió para mirarlo
-¿Cómo fue la cárcel? -preguntó. Nunca habían hablado de esa época antes. Peter agarró con fuerza el volante y se tensó.
-Muy solitaria.
-¿Fue entonces cuando lloraste?
El la miró un instante a los ojos antes de concentrarse de nuevo en la carretera.
- No.
Lali quería saber más detalles, pero, cuando los faros iluminaron la entrada a la granja, vieron que había alguien sentado en el porche, acurrucado para combatir el frío.
Tras inclinarse hacia delante, Lali aguzó la vista y vio cómo un muchacho, de no más de trece o catorce años, se ponía de pie. Era alto y delgaducho, tenía el cabello rubio y...
-¡Dios mío! Es Travis -dijo.
En cuanto Peter aparcó, ella descendió inmediatamente del vehículo.
-Travis, ¿qué estás haciendo aquí? -le preguntó mientras corría hacia la casa. Su hermano pequeño tenía las manos metidas en los bolsillos. Mostraba una
actitud tensa y hosca, por lo que Lali dedujo que no se trataba de la visita de cortesía que llevaba deseando desde su regreso.
-¿Qué pasa? -insistió cuando se acercó lo suficiente para ver el gesto preocupado que tenía en la cara.
-Son mamá y papá. Yo sólo... -susurró. Se sacó las manos de los bolsillos y las apretó con fuerza, como si quisiera pegar a alguien.
-¿Qué?
-Me han echado de casa.
- ¡Pero si sólo tienes catorce años!
-No les preocupa. Ya no les preocupa nadie.
Peter se acercó sigilosamente y, en silencio, se colocó detrás de Lali.
-¿Qué ha pasado? -le preguntó ella a su hermano.
-Me han echado del colegio. Otra vez.
¿Otra vez? Por lo que Lali sabía, Travis nunca había sido un magnífico estudiante, pero tampoco había tenido problemas de comportamiento.
-¿Por qué?
-Por llevar luchacos al colegio.
-¿Luchacos? -preguntó ella. No sabía a lo que se refería su hermano.
-Son armas para las artes marciales - explicó Peter.
-¿Y dónde conseguiste eso, Travis? No hay instructores de kárate en Dundee.
-Se los compré a un chico que se ha venido a vivir de Utah.
-Oh... ¿Y no te diste cuenta de que no te dejarían tener eso en el colegio?
-No creí que fuera tan importante. No golpeé a nadie con ellos.
-Menos mal. ¿Cómo has llegado hasta aquí?
-Hice autostop hasta el desvío y luego vine andando.
-No debes hacer autostop. Es peligroso.
-Me recogieron Billy Joe y Bobby Westin.
-Tal vez eso no fuera problema alguno durante el día, pero Billy Joe y Bobby suelen estar borrachos a estas horas de la noche.
-¿Por qué no entraste en la casa? -le preguntó Peter-. ¿Acaso no está Stefano en casa?
-Supongo que no -respondió Travis-. Llamé al timbre, pero no respondió nadie.
-A Stefano le gusta jugar al billar. Vendrá enseguida -dijo Peter. Entonces, les indicó la puerta-. Vamos dentro donde podamos estar más calientes.
Lali siguió a su hermano y a Peter al interior de la casa. Estaba pensando que tal vez debería llamar a sus padres para que fueran a recoger a Travis, pero no le apetecía demasiado hablar con ellos después del modo en que la habían tratado. Además, sabía que a su hermano tampoco le iba a hacer demasiada gracia. Sin embargo, no le quedaban muchas opciones. Ella ya era una invitada en casa de Peter. No podía decirle a Travis que se quedara con ella.
-¡Vaya! Estás ya muy embarazada -dijo Travis. Se había fijado en el vientre de
Lali en cuanto Peter encendió la luz.
-No estoy tan gorda -replicó ella.
- Yo... Yo no podía imaginarte así. Mamá y papá llevan semanas criticándote porque vas a tener un niño, pero yo no te había visto hasta ahora.
-¿Criticándome, Travis? No digas eso.
-¿Por qué no me llamaste?
-No quería disgustar a mamá y a papá.
-Pues hiciste lo correcto. Además, no creo que nos hubieran dejado hablar. Me dijeron que me tendrían castigado durante tres semanas si tenía algún contacto contigo.
-Seguro que ya no les importa. Prácticamente te han arrojado a mis brazos.
-No comprenden nada... -susurró Travis. Entonces, miró a Peter como si esperara que estuviera de acuerdo con él. Sin embargo, Peter no dijo nada-. Bueno, ¿os importa que me quede esta noche aquí con vosotros? -añadió, algo nervioso.
Lali se negó a mirar a Peter.
-Mmm... No lo sé... Verás... ¿Por qué no vas a ver un rato la televisión mientras yo hablo con Peter?
-De acuerdo.
Travis se marchó de la cocina. Lali esperó a que la televisión se hubiera encendido para mirar a Peter.
-Sé que esto no tiene muy buen aspecto - dijo ella-, pero creo que, si dejamos que Travis pase aquí la noche yo podría solucionarlo todo con mis padres mañana por la mañana.
-Como os lleváis tan bien...
-No, no nos llevamos bien, pero esta situación es algo diferente a la mía. Yo soy una mujer adulta y mis padres tuvieron todo el derecho del mundo a rechazarme, pero Travis sólo tiene catorce años y...
-Puede quedarse.
-Estoy segura de que comprenderán que...
Lali había estado tan concentrada en pensar en lo que iba a decir a continuación que tardó un momento en darse cuenta de que ya no tenía que decir nada. Ya había conseguido lo que deseaba. Por su parte, Peter volvió a dirigirse a la puerta.
-Voy al pueblo para ver si puedo encontrar a Stefano. Bruiser y él deberían estar ya aquí. Tal vez no haya podido encontrar a nadie que lo traiga hasta aquí.
¿Peter iba a dejar que Travis se quedara en su casa e iba a ir a buscar a Stefano? Lali estuvo a punto de soltar una carcajada. ¿Quién habría sospechado que un tipo tan duro y con tan mala fama como él se preocupara tanto por los demás? Primero Stefanoy Bruiser, luego ella, por último Travis...
-¿Te importa decirme qué es lo que te hace tanta gracia? -le preguntó Peter.
-Después de todo, no creo que seas tan malo...
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Ya saben, si quieren maratón, 10 o mas firmas...
Aaay Peter es un tiernoo! Me encantaaa más noveeee!
ResponderEliminarNove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove nove! Dale dale por fiss! (:
ResponderEliminarM
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ResponderEliminarme encanto... subi massssss
ResponderEliminarS
ResponderEliminarN
ResponderEliminarO
ResponderEliminarV
ResponderEliminarMás noooveeeee! No podes dejarnos asiiiii!
ResponderEliminarNOVE!
ResponderEliminarNOVE!
NOVE!
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:)
Ehy.. son más de 10 comentarioooosss! Nove pleaseeee! :( *puchero* jajajjaja!
ResponderEliminarSubi novee pleeaseechuu!
ResponderEliminarAaaay me lo morfo a Peter de lo tierno que es! Más noooveeee :3
ResponderEliminarMuy linda tu nove te felicito :)
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