Mi pacto con vos está escrito en las estrellas, es más fuerte que la distancia y el tiempo, es un pacto que vence al destino.

domingo, 10 de febrero de 2013

Capitulo 26


Peter se sentía como si lo hubiera atropellado un  camión  de mercancías.
-Me estoy haciendo demasiado viejo para esto -musitó mientras se miraba el corte y el rostro magullado en el espejo.
El olor del beicon frito le indicó que Lali ya se había levantado. Se preguntó cómo estaría  Stefano. Durante el tiempo que estuvieron en la cárcel, no había dejado de llorar.
Se lavó las manos y los dientes. No dejaba de pensar en la pelea y deseó haber tenido  tiempo  de  infligir  más  daño  antes  de  que  Orton  llegara.  Si  alguien  se merecía una buena paliza, ése era John Small. Era una mala persona, tanto si estaba borracho como si estaba sobrio, y siempre conseguía esconderse detrás del nombre de papá. Era un cobarde y no había nada que Peter odiara más en un hombre...
El teléfono empezó a sonar. Peter agarró su sudadera y se la puso. Entonces, bajó las escaleras. No se había molestado en afeitarse. Aquel día no pensaba abrir el taller.

Cuando se acercó a la cocina, oyó que Lali estaba hablando por teléfono.
-Creo que está bien. Un momento -dijo. Entonces, se dispuso a ir a buscarlo. Estuvo a  punto  de chocarse con Peter-. ¡Oh! ¡Estás aquí! Eugenia quiere hablar contigo.
Al verla, Peter recordó el tacto de su veinte y decidió pensar en otra cosa. Se sentía  fascinado por el bebé. Era la primera mujer embarazada con la que había estado y los cambios que veía en ella día a día eran sorprendentes.
-¿Sí? -dijo, preguntándose si sería el bebé lo único que le interesaba.
-¿Qué te ocurrió anoche? -quiso saber Eugenia.
-¿No te has enterado? Seguro que ya lo sabe todo el pueblo.
-He oído el rumor de que te arrestaron por haber atacado al hijo del concejal Small. Nico se ha enterado en la tienda de ultramarinos y me ha llamado. No son exactamente las noticias que me gusta escuchar sobre mi mejor amigo a primera hora de la mañana, especialmente cuando no me lo creo.
-John necesitaba aprender una lección.
-Y tú se la enseñaste.
-  Hice  lo  que  pude.  Desgraciadamente,  sus  hermanos  estaban  con  él  y también un primo.
-¿Y te enfrentaste a todos ellos? ¿Estás loco?
-Fue por un tema sobre el que estoy bastante sensibilizado.
-Hasta ahora me gusta la historia. ¿Qué más hay?
Peter oyó que Lali comenzaba a poner los platos sobre la mesa y sintió que el estómago comenzaba a protestarle. Había hecho galletas y salsa. Olía todo tan bien...
-¿Peter? -dijo Eugenia.
-Estoy aquí -afirmó él-. Más o menos eso es todo. Orton llegó, interrumpió la pelea y me llevó a mí a la cárcel.
-¿Sólo a ti?
-Sí.
-El final no es tan bueno. ¿Por qué la tomó contigo? ¿Acaso empezaste tú la pelea?
-No, pero ya sabes que Orton me odia.
-Orton es un imbécil -gruñó Eugenia-.¿De qué se te acusa?
-De mala conducta.
-¿Crees que te meterán en la cárcel?
-Supongo que es posible, pero yo creo que se inclinarán más bien por una multa.
-¿De qué cuantía?
-Unos quinientos dólares. Había cuatro, así que resulta difícil multar a un hombre por llevarse la mayor parte de los golpes.
-No me puedo creer que ellos fueran cuatro y que te llevaran a ti a la cárcel.
-Lo sé. Stefano se disgustó mucho. Estuvieron a punto de arrestarlo porque no quería separarse de mí.
-¿Dices que Stefano estaba allí?
-Estaba allí antes que yo. Los Small se estaban divirtiendo un poco a su costa. Eso fue lo que motivó la pelea.
- ¡No me lo puedo creer! ¿Está bien?
-Sobrevivirá, pero no quiero ni pensar lo que le habría pasado si yo hubiera tardado más.
-¿Dónde estaba Bruiser?
-Siendo el buen tipo que es, Stefano ató al perro a un árbol para que no mordiera a nadie.
-Lo ocurrido es asqueroso y patético. Se lo voy a decir a mi padre -anunció Eugenia. Su padre era el alcalde de Dundee, precisamente el que le había dicho a la policía que vigilara a Peter cuando éste se mudó al pueblo hacía dos años.
-Creo que estás pasando algo por alto.
-¿El qué?
-Tu padre también me odia, ¿ya no te acuerdas?
-En realidad, creo que ahora que estoy casada está empezando a suavizar un poco su carácter. Hace un par de días, me dijo que te preguntara si podrías echarle un vistazo a su coche. Hace un ruido muy raro.
Peter se llevó el teléfono a la cocina y se sentó al lado de Travis.
-Dile que me lo lleve al taller -dijo. En aquel momento, Lali le puso un enorme plato de beicon, huevos, galletas y salsa delante de él.
-Lo haré -prometió Eugenia-. ¿Estás bien, Peter?
-Sí.
-Lali dijo que tenías muy mal aspecto.
-Es ella la que tiene mal aspecto. Está engordando mucho -bromeó. Al oír aquello, Lali trató de retirarle el plato, pero Peter se lo impidió.
-Sólo una cosa más -dijo Euegnia-. Prométeme que no vas a hacer nada para vengarte de John.
-Eso no te lo puedo prometer.
-Peter, no te puedes meter en líos. No dejes que...
-Tiene que comprender una cosa, China.
-¿El qué?
-Que si vuelve a tocar a Stefano, necesitará mucho más que el nombre de su papá para protegerse de mí.
El  domingo,  Lali  estaba  sentada  en  el  restaurante  de  Jerry  con  Travis. Gracias a  Peter, aparte de ropa y zapatos nuevos, tenía veinte dólares en el bolsillo, con los que él  había insistido en pagarle el trabajo que hacía en la casa. Todo iba bien, pero no pudo reprimir la ansiedad al ver entrar a sus padres.
-Aquí están -le dijo a Travis.
-No entiendo por qué tenemos que reunirnos con mamá y papá. A mí me gusta vivir contigo y con Peter -replicó Travis antes de meterse una patata frita en la boca.
Lali había  permitido  que  se  quedara  dos  noches.  Travis  había  querido quedarse más tiempo, pero su hermana sentía que era el momento de que él hiciera las paces con sus padres y se marchara a casa.
-En estos momentos, Peter ya tiene bastantes personas a su cargo.
-A Peter no le importa que me quede. Es genial. Esta mañana me dio un paseo en su Harley.
-Tienes catorce años, Travis. Tienes que estar en casa y regresar al colegio.
-Hablas como mamá -gruñó el muchacho.
Lali no tuvo tiempo de responder. Sus padres habían llegado a la mesa donde los dos estaban sentados.
-¿Querías vemos? -preguntó su padre, con voz cortante, mientras los dos tomaban asiento.
-Sí, yo... Creo que Travis debería estar en casa con vosotros.
-Ya sabe lo que tiene que hacer si desea vivir con nosotros -replicó su padre. Tami no hablaba. No hacía más que mirar a Lali. A ella le dio la impresión
de que su madre sentía mucha curiosidad por el bebé, pero la mesa le ocultaba gran parte del vientre y, además, se había cruzado de brazos para tapar el resto. Su madre no había querido saber  nada de su embarazo antes, por lo que Lali no sentía inclinación alguna a compartir nada con ella en aquel instante.
-Yo esperaba que repasarais con él las reglas una vez más.
-Se las hemos recordado una y otra vez  replicó su padre.


Si alguien quiere que le avise por Twitter cuando suba novela, dejen su twitter en su comentario. Si alguien quiere seguirme busquenme como @pylresistencia. Bueno, termino el maraton de hoy, tengo que terminar tarea. Nos leemos mañana.

15 comentarios:

  1. q pasara!!!... se pone mas emocionante subi masssss

    te dejo mi twitter: @todoxlali_ta

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  2. Awww, sube más:)

    Mi twitter: @LittleKitKat_

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  3. Maaas nooveee! Espero que Travis se quede con Lali y Peter! (:

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  4. -Lali dijo que tenías muy mal aspecto.
    -Es ella la que tiene mal aspecto. Está engordando mucho -bromeó. Al oír aquello, Lali trató de retirarle el plato, pero Peter se lo impidió.
    Fue buenisima esta parte me maté de risas, jajajjaja! :D

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  5. Aaww que lindo Peter protegiendo Stefano! Se hace el duro pero en realidad es un dulce de leche ♥

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  6. Mas novela! Mas novela! Mas novela! C:

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  7. Queremos N O V E L A! (:
    Beesoos!

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