Capitulo 23

-¿De  verdad?  Sigue  riéndote.  Cuando  me  quede  sin  camas  tú  serás  la primera. en marcharte -gruñó. Luego, salió por la puerta.
Peter aminoró la marcha al llegar a las afueras de Dundee. A la policía del pueblo, que  consistía tan  sólo en  tres miembros, le gustaba  detener a los que sobrepasaban  el  límite  de   velocidad.  El  sabía  muy  bien  que  era  mejor  no encontrarse con ellos. Desde que rompió el sistema de riego del jefe de policía, a los quince años, cuando iba conduciendo el coche de Hatty, el sheriff Clanahan no sentía ninguna simpatía hacia él. Aquel sentimiento lo compartían los  oficiales Bennett y Orton. Además, si iba despacio tenía más posibilidades de encontrar a Stefano.

Se dirigió al Honky Tonk, que permanecía abierto hasta las dos durante los fines de semana. Stefano nunca se quedaba hasta tan tarde, pero era el mejor sitio para empezar a buscar.  Cuando entró en el aparcamiento, vio al oficial Orton sentado en su coche patrulla. Al verlo, bajó la ventanilla.
-¿Qué estás haciendo aquí a estas horas, Peter? -le preguntó Orton.
-¿Has visto a Stefano? -replicó Peter.
-Estuvo  aquí  durante  un  rato.  Su  perro  estaba  atado  a  la  puerta,  como siempre.
-¿Cuándo se marchó?
-Creo que hará una hora más o menos - respondió el policía mientras se frotaba la barbilla.
-¿Iba a pie?
-¿Acaso no va siempre andando?
Peter empezó a subir su ventanilla, pero se detuvo cuando Orton volvió a dirigirse a él.  -¿Qué es lo que hay entre ese retrasado y tú? -añadió-. ¿Acaso la prisión te cambió los gustos?
Peter apretó los músculos de la mandíbula para no utilizar aquella energía en romperle a Orton la mandíbula.
-Si te estás insinuando, no me interesa - dijo, y se marchó.
Se dirigió hacia el centro del pueblo y se detuvo en la nueva gasolinera. A Stefano le gustaba comprar caramelos y jugar a los videojuegos allí, pero, cuando Peter no vio a Bruiser en el exterior, supo que Stefano tampoco estaba dentro. No obstante, decidió ver si estaba de todos  modos. Cuando abrió la puerta, Shirley Erman, la dependienta del turno de noche, levantó la  cabeza de la máquina de helados que estaba limpiando.
-Hola, Peter. ¿Qué haces por aquí?
-Estoy buscando a Stefano. ¿Lo has visto?
-Vino  justo  cuando  empecé  mi  turno.  Se  compró  un  paquete  de  chicles. Entonces, creo que se fue al Honky Tonk.
-Gracias.
Peter recorrió el centro del pueblo varias veces, sin suerte. Entonces, se dirigió hacia las callejuelas del extrarradio. Stefano había vivido en una caravana cuando su padre estaba vivo. Tal vez había ido allí por alguna razón. O podría ser que hubiera ido al cementerio. No parecía echar mucho de menos a su padre, sobre todo porque él no se lo merecía, pero algunas  relaciones personales eran más complicadas que otras. Aquello era algo que Peter comprendía perfectamente.
Antes de llegar al cementerio o al lugar en el que estaba la caravana, los ladridos de un perro llamaron su atención. Estaba pasando cerca del parque y se veía algo de movimiento en la zona más alejada.
Aminoró la marcha y trató de discernir lo que estaba ocurriendo. Entonces, se dio cuenta de que acababa de encontrar a Stefano.

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Esto quedaba del capitulo. Ya saben 10 o + y sigo subiendo.