Peter estaba sentado a la mesa, con una cerveza a medio terminar, un periódico y varios artículos de revistas. Todos hablaban de Jerry Brody y de su negocio, pero no tenían información relevante sobre sus clientes y no pudo obtener referencias.
Llamó por teléfono a los autores de las notas. Sólo respondieron dos y no quisieron darle ningún nombre, así que dejó un mensaje en el contestador del propio Brody. Tenía intención de hacerse pasar por un cliente para conseguir más información.
Sólo esperaba que sus esfuerzos fueran inútiles. Aunque no creía que Lali cometiera el error de dejarse arrastrar a esa locura, prefería estar preparado. Sin embargo, todavía no había decidido si debía hablar con Nico o enfrentarse directamente a la doctora Bay.
Inclinó la cabeza a ambos lados para liberar la tensión del cuello y de los hombros. Lo que más necesitaba, por encima de todo, era volver al gimnasio. Llevaba tres días sin ir y eso era inaceptable. Además de mantenerlo en buena forma, las extenuantes sesiones eran perfectas contra la depresión y el estrés.
No se sentía cómodo en Nueva York. Por lo menos, no en esas circunstancias. Habría preferido estar en mitad de una guerra, haciendo el trabajo para el que le habían entrenado. El no era una niñera.
Echó otro trago de cerveza. De todos los deseos tontos del mundo, el deseo de cambiar esa situación era el más tonto con gran diferencia. Había dejado el Ejército por iniciativa propia, pero no por gusto. Y había tomado la decisión correcta. Aunque implicara llevar esa vida.
Necesitaba distraerse un poco, así que se leyó los últimos artículos sobre Brody. No encontró nada valioso.
Unos segundos más tarde, oyó que llamaban a la puerta y se sobresaltó, pero se relajó enseguida. Por aquella época, sólo recibía las visitas de una persona, y no tenía ganas de verlo.
En efecto, era Charlie. El responsable de que ahora trabajara de niñera.
Su hermano volvió a llamar, pero más fuerte. Peter recogió las cosas de la mesa y las guardó en la pequeña caja fuerte del comedor. Después, abrió la puerta.
—¿Por qué has tardado tanto en abrir? —rugió Charlie. —¿Es que estabas en el servicio?
—Deberías llamar por teléfono en lugar de presentarte sin avisar.
Charlie abrió el frigorífico y sacó una cerveza. Tenía mal aspecto, como de costumbre. Su hermano era el único miembro de la familia que seguía con vida, lo cual era un verdadero milagro teniendo en cuenta que se había arriesgado mucho con las drogas, el alcohol y los caballos. Su vida siempre había sido un desastre. Charlie era la oveja negra, tal vez porque su madre había muerto cuando él sólo tenía cinco años. Pero eso no le disculpaba.
Lamentablemente, su padre le había pedido en su lecho de muerte que cuidara de él. Peter no se había atrevido a llevarle la contraria, así que aceptó el encargo. Charlie era el culpable de que hubiera dejado el Ejército.
—Ya sé que te prometí que no te volvería a pedir dinero, pero estoy sin blanca, Pit.
Peter echó un trago y se sentó en su sillón de cuero. Sabía que iban a discutir, así que prefería estar cómodo.
—Y yo te dije que mi banco ha cerrado, hermanito.
Charlie se sentó en el sofá. Apretaba la botella con tanta fuerza, que no le habría extrañado que estallara. Tenía muy mal aspecto. Con el paso de los años, había engordado bastante y ya no era tan joven. Además, llevaba una camiseta y unos vaqueros que no habían visto una lavadora en mucho tiempo.
—Pit, no lo comprendes. Estoy metido en un lío. ¿Te acuerdas de aquel preparador del que te hablé? Ya sabes, el tipo de los dientes rotos y la cojera... me aseguro que la carrera estaba amañada, que la había amañado personalmente.
—No voy a darte más dinero. Me diste tu palabra de que no volverías a apostar en las carreras —le recordó.
—Y lo decía en serio. De no haberme llegado ese soplo, nunca habría...
—Charlie, déjalo —lo interrumpió. —No quiero explicaciones.
Su hermano, dos años menor que él y tan diferente de él como la noche del día, le lanzó una mirada de odio tan intensa que la sintió en el estómago. A lo largo de los años, le había dado ingentes cantidades de dinero, y lo único que conseguía como pago era una mirada de asesino.
—Se trata de Ed Martini, Peter. Conoces su reputación. Me matará.
—No te matará. Muerto no le servirías.
Charlie negó con la cabeza.
—Ha dicho que va a dar ejemplo conmigo. ¿Sabes lo que eso significa? Que va a matarme y que antes de hacerlo me hará daño. ¿Te acuerdas de Jazz, el tipo que trabaja para él? Es un psicópata. Disfruta torturando a la gente, Peter. Te lo juro.
Peter imaginó que el diez por ciento de lo que decía Charlie debía de ser verdad. Por desgracia, no podía saber cuál diez por ciento.
—Estoy dispuesto a darte dinero para que vuelvas a rehabilitación. Y si sigues el programa y te desintoxicas, te conseguiré un trabajo y una casa.
Charlie se levantó tan deprisa, que sacudió la cerveza y salpicó a su hermano.
—No viviré tanto tiempo. ¿Es que no me has escuchado? ¡Me va a matar!
Peter también se levantó.
—Cállate, Charlie. Siéntate y cállate. Voy a cambiarme de camisa.
Charlie pareció sorprenderse, como si no hubiera notado que le había manchado. Pero obedeció y se sentó.
Peter entró en el dormitorio y sacó una camisa de la cómoda. Mientras se cambiaba, consideró la posibilidad de darle dinero. Si Ed Martini le hacía daño, no se lo perdonaría nunca.
Dejó en el cesto de la ropa sucia la camisa que se había quitado y regresó al salón. Charlie se había marchado.
Abrió la puerta de la casa, salió al pasillo y se asomó a las escaleras. Su hermano todavía estaba bajando. Podía oír los taconazos de sus botas.
Peter volvió al piso, cerró la puerta y dudó en tomar otra cerveza. Eran las diez y pico de la noche y tenía que levantarse a las cinco para ir al gimnasio.
Al final apagó las luces. Supuso que Charlie lo llamaría al día siguiente. Y con un poco de suerte, también Brody.
—Si no estás segura, lo dejamos.
Lali intentó detener el temblor de sus manos, sin éxito.
—Estoy segura. Es que...
—Lo comprendo perfectamente. Pero recuerda que tendrás una clave. Podrás usarla en cualquier momento, cuando tú quieras, y volverás a tu vida normal.
—Entonces, no me taparán la boca...
—No, claro que no.
Lali creyó a la doctora y no la creyó al mismo tiempo. Se había sentado a su lado mientras que Jerry Brody lo había hecho delante de ella, al otro lado de la mesa de reuniones. No parecía un psicólogo. Le recordó al portero del edificio donde vivía Candela. Tenía una barriga enorme y su rasgo más sobresaliente era la cabeza afeitada.
Llevaban media hora en la sala y Brody ya le había explicado que su negocio no consistía en hacer daño a la gente, sino en todo lo contrario. Haría lo posible por ajustarse a sus deseos y se aseguraría personalmente de que su aventura iba bien.
La primera vez que utilizó la palabra «aventura», Lali arqueó las cejas de tal modo, que Brody decidió afrontar el asunto de un modo más serio. Pero ella seguía sin creer que comprendiera la profundidad de su fobia.
—Quiero que eso aparezca en el contrato, señor Brody —dijo la doctora Bay. —No le taparán la boca en ningún momento.
Brody asintió.
—Muy bien. Pero debe comprender que ella no conocerá el momento de su secuestro, y la gente suele gritar en esos casos. No me gustaría que la policía detenga a mis hombres —observó.
—Le ruego que no hable como si no estuviera presente en la sala —dijo Lali.
—En cuanto a sus temores, no arrestarán a nadie si actúa de forma adecuada. Lo que me recuerda una cosa... tendremos que informar a Peter del plan. Si se presentan sin que lo sepa, sufrirían una suerte mucho peor que ser arrestados.
—¿Peter?
—Es su chófer y guardaespaldas —respondió la doctora. —No te preocupes, Lali. Si decidimos seguir adelante, le informaremos.
—No le va a gustar.
—Me lo imagino.
—Tal vez podría marcharse de vacaciones o algo así... —dijo Lali.
Sus mejillas se ruborizaron de repente. Acababa de comprender que no quería que Peter se enterara del asunto. No porque pondría objeciones, lo cual era evidente, sino porque pensaría que era una idiota.
Pero él era diferente. No tenía miedo de su propia sombra.
MARATON? +10
sube maas :D
ResponderEliminarotroooo
ResponderEliminarholaa, acabo de crearme un blog, y he subido tres intros para nuevas noves laliter, te importaria pasar y decirme cual te gustaria leer?
ResponderEliminarpor cierto muy buena tu nove esta super interesante estoy enganchadisimaa, ahora que ya tengo blog te firmare siempre que pueda.
mi blog es: locaxlaliter.blogspot.com.es
maaaaaaaaaaaaaaas, me encanta
ResponderEliminarai siii, me gusta mucho, a ver q va hacer lali
ResponderEliminarBah
MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS
ResponderEliminarescribis muy bien, me enamore de tu nove :D
ResponderEliminarotro dale, porfa
ResponderEliminarMaaas
ResponderEliminarYa quiero qe empieze todooo
ResponderEliminareso, maraton!
ResponderEliminarHay maraton?
ResponderEliminarEspero k Peter ke vea la cara al tsl Brody
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