jueves, 18 de abril de 2013
Capitulo 37
Y cumplió su amenaza, porque entretuvo a los demás con anécdotas de su adolescencia. Pero Peter se la devolvió contando aventuras de Jake hasta que por fin Meg les pidió que parasen porque se le había corrido la máscara de pestañas.
–Si pierdo una lentilla será culpa vuestra –les advirtió– y alguien tendrá que llevarme a casa.
Cuando vieron que los camareros empezaban a retirar platos en las mesas de alrededor se dispusieron a cenar, pero Peter se dio cuenta de que Lali apartaba el cordero a un lado.
–¿No te gusta la comida o es que te sientes incómoda? –le preguntó, inclinándose para hablarle al oído.
Le había parecido que todo iba bien, pero tal vez no era así. Al fin y al cabo, Lali había conocido a sus amigos esa misma noche.
–No, estoy bien. Tus amigos son encantadores.
–¿De verdad?
–No sabía si me caerían bien, pero Jake me recuerda a mi hermano. Te habría gustado Stefano… siento mucho que no lo hayas conocido.
–Yo tengo la sensación de conocerlo a través de los niños.
Lali lo miró con una sonrisa trémula en los labios.
–Te quiero.
El corazón de Peter se detuvo durante una décima de segundo.
Eso era lo último que esperaba escuchar, aunque lo deseaba con todo su corazón; pero el sentimiento de culpa por no poder contarle lo que hacía en la empresa impedía que anunciase su amor por ella.
¿No sería mejor hacerlo cuando no hubiera secretos entre ellos?
–Yo…
Ella negó con la cabeza, poniéndole un dedo sobre los labios.
–No pasa nada, no tienes que decirlo. Ha sido… demasiado pronto. Y no es el sitio adecuado.
–No, me alegro de que lo hayas dicho. Yo siento lo mismo.
Ella se mordió los labios y, sin saber qué decir, Peter simplemente le apretó la mano, esperando que sus sentimientos hablaran por sí mismos.
Cuando la cena terminó oficialmente, el padre de Jake dio las gracias a todos los invitados por acudir a la celebración. Tras él, habló el padre de Brooke, que hizo un brindis por los novios. Meg habló también y Peter se dio cuenta de que, como principal testigo, todos esperaban que también él dijese unas palabras, de modo que se aclaró la garganta.
–Soy Peter Lanzani y conozco a Jake casi de toda la vida. Crecimos juntos, jugamos juntos al fútbol y bebimos demasiada cerveza. Pero, aunque lo hubiese conocido hoy mismo, sabría que se ha casado con la mujer de su vida: la preciosa Brooke McBride. Jake, Brooke, juro que no podría alegrarme más de que os hayáis encontrado el uno al otro –Peter le hizo un guiño a Lali mientras levantaba su copa–. Felicidades a los novios.
Después del brindis, la orquesta empezó a tocar y las parejas se dirigieron a la pista de baile.
Meg sonrió de oreja a oreja.
–No sé si te has dado cuenta, pero mi chico me ha dejado plantada. Lali, ¿te importa que baile con Peter?
–¿Por qué no quieres bailar conmigo? –preguntó Jake–. Peter odia bailar.
Lali soltó una carcajada y Peter supo en qué estaba pensando: en el aparcamiento de la heladería. Y el deseo de volver a abrazarla era demasiado abrumador.
–En realidad, he descubierto que me gusta bailar –respondió, ofreciéndole la mano a Lali–, pero me temo que le he prometido este baile a otra persona.
Mientras se alejaban de la mesa, Meg rezongó:
–Esos dos son casi tan empalagosos como vosotros.
Cuando llegaron a la pista de baile, Peter frunció el ceño.
–No sé si lo he pensado bien.
–¿Qué ocurre?
–Todo eso que hablamos en el aparcamiento de la heladería… ya sabes que no tengo ritmo o coordinación. Me gustan los bailes lentos y esta canción es demasiado rápida para lo que yo tenía en mente.
–Eso puede arreglarse. Dame un segundo.
Lali soltó su mano y se dirigió a la orquesta, que de inmediato empezó a tocar una balada.
–¿Qué les has dicho?
–Que la novia había pedido una canción romántica.
Peter rio mientras la tomaba entre sus brazos, besándola antes de empezar a moverse con la música. El material del vestido se pegaba a su cuerpo y, de repente, pensó que parecían hechos el uno para el otro. Lali era perfecta para él, pero bailar con ella hacía que deseara estar más cerca. Mucho más cerca.
–Lali…
–Podríamos ir a mi casa –sugirió ella tímidamente–. Los niños están con Eugenia.
El pulso de Peter se aceleró. Lali sentía lo mismo que él.
–O podríamos ir a la mía. Nunca has estado allí –le dijo–. Además, yo vivo más cerca.
Ella asintió con la cabeza.
–¿Entonces qué hacemos aquí?
Había mucho que admirar en la casa de Peter, pero Lali no estaba pensando en el estilo colonial, en los altos techos o en la piscina con jacuzzi, visible desde los ventanales del salón, sino en ropa interior.
Mientras se vestía para la fiesta había pensado ponerse un sujetador con relleno o una de esas fajas que disimulaban la tripa. No lo había hecho y se alegraba porque se habría sentido ridícula. Llevaba un sencillo conjunto de encaje azul… y esperaba que a Peter le gustase.
Él se quitó la chaqueta y empezó a aflojar el nudo de su corbata.
–¿Quieres beber algo?
Les cuento porque no he echo maratón Estoy trabajando en mi propia novela y necesito todo el tiempo posible para adelantarla y poder subirla. Entonces, en cuanto vaya mas adelantada les traeré noticias. Recién voy en el capitulo 2, la novela se viene buena! Así que espero su apoyo.
Otra, se viene la primera vez de los protagonistas de la nove, no se pierdan los próximos capítulos. Nos leemos mañana.
Dependiendo de comentarios, igual y subo dos por día pero depende de ustedes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Maaaass
ResponderEliminarayyy subi maaas por favooor
ResponderEliminarMe encanto el capitulooo
ResponderEliminarmaaass ♥
ResponderEliminarme encantaaa :)
ResponderEliminarpobre lali se va a sentir re mal cuando se entere de lo que esta realmente haciendo peter en la empresa =/
ResponderEliminarya quiero saber que pasara
ResponderEliminarotroo :D
ResponderEliminarOtro, otro!!!Por favor
ResponderEliminarSubi!!!! Daleee....Me gusta mucho!
ResponderEliminarEs una adaptacion?
ResponderEliminar