Mi pacto con vos está escrito en las estrellas, es más fuerte que la distancia y el tiempo, es un pacto que vence al destino.

sábado, 20 de abril de 2013

Capitulo 41


El pánico amenazaba con ahogarla, el mismo pánico que había sentido a principios del verano, cuando tuvo que hacerse cargo de Tanner y Nicole. Se había sentido tan aislada, tan incompetente. Acababa de perder a su único hermano, que había sido además uno de sus mejores amigos, Benjamin la había dejado, Eugenia estaba enamorada y por lo tanto no podía contar siempre con ella… pero tal vez lo peor de todo había sido ver lo mayores que estaban sus padres durante el funeral de Stefani. Entonces se había visto obligada a admitir que estaba sola, que nadie iba a ayudarla con los niños.

Había sido el peor momento de su vida, pero Peter la había ayudado a confiar en sí misma. Su apoyo moral, su ánimo constante, le habían permitido confiar en que podía hacerlo. Pero ya no tenía eso y se sentía más sola que nunca.
«No, eso no es cierto. Sigues teniendo a Eugenia. Y Candela también es tu amiga, no estás sola».
Eso si Gabi no pensaba que era una ladrona y se negaba a dirigirle la palabra.
–A la porra con todo –murmuró–. No necesito a nadie.
Hizo una mueca al recordar el malicioso comentario de Agustin sobre su relación con Peter, con la puerta abierta para que todo el mundo lo oyese.
El miedo se agarró a su garganta de nuevo…
Encontrar un trabajo en aquel momento de crisis no sería fácil y mucho menos estando en una lista negra porque su antiguo jefe pensaba que era una ladrona. Pero no, no debía pensar en eso, ya se preocuparía más tarde. Por el momento, debía olvidarse de Agustin y Peter.
Decidida, entró en la cocina para comerse un helado, unos dulces, lo que encontrase en la despensa.
Estaba precalentando el horno cuando sonó el timbre. Su primer pensamiento fue que Jonna había intuido que tenía problemas, pero no había hablado con ella, de modo que era imposible.
¿Peter?
Había sido muy insistente esa mañana, en la oficina. Una pena que nada de lo que había dicho hiciera que la pesadilla de ser despedida fuese más fácil de aceptar. Al contrario.
El timbre volvió a sonar y su traidor corazón empezó a latir con fuerza. Si era Peter Lanzani no pensaba abrir la puerta.
–¿Quién es? –gritó desde el pasillo.
–Pepper.
Lali levantó las cejas. Pepper Harrington era la última persona a la que esperaba. La semana anterior había dado a entender que su relación estaba mejorando, pero…
«¿Lo ves?». «No estás sola».
Pero tenía extraños aliados.
Abrió la puerta y vio a Pepper al otro lado, mostrándole la bolsa de una pastelería de la que emanaba un delicioso olor a chocolate.
Pero a la izquierda de Pepper estaba Peter, que emanaba un horrible olor a traición.
Lali miró a su excompañera, furiosa.
–Me está usando como escudo humano –se defendió ella–. No se atrevía a venir solo y así habrá un testigo si intentas estrangularlo. Pero ya me conoces, Esposito, no hubiera venido si pensara que no tiene parte de razón. Al menos, deberías escucharlo.
Lali se cruzó de brazos.
–No.
–Déjanos entrar –insistió Pepper, moviendo la bolsa–. He traído galletas de chocolate.
Los ojos de Lali se llenaron de lágrimas al recordar esa escena en el estadio, cuando Peter le dijo que la invitaría a un perrito gigante…
«No es tan fácil comprarme».
Pero lo había sido, ¿no?
Pepper no era de las que pedían las cosas por favor y, aprovechando la indecisión de Lali, entró en el apartamento… con Peter tras ella.
–Vamos a escucharlo al menos y cuando termine, si aún quieres estrangularlo… bueno, mi silencio se puede comprar.
Cuando Lali y Peter se miraron, Pepper hizo una mueca.
–Vaya, después de lo que ha pasado decir eso no me deja en muy buen lugar, ¿verdad?
–Efectivamente –asintió Peter–. Pero ya que lo mencionas… ¿se te puede comprar?
La morena sonrió.
–Nunca se sabe. Si la situación fuese la adecuada y el precio también… pero no soy tan tonta como para eso. ¿Por qué iba a querer que mi empresa fracasara? Yo cobro un salario todos los meses, así que sería morder la mano que me da de comer. Si la compañía cerrase, me quedaría en la calle… no, no he sido yo.
–Te creo –dijo Peter–. Pero a mucha gente le parecerá sospechoso que hayas elegido precisamente este día para presentar tu renuncia.
Lali parpadeó, sorprendida.
–¿Has dejado el trabajo? No será por mí, ¿verdad?
Pepper se encogió de hombros.
–Tengo otras ofertas. Además, no es ningún secreto que tú y yo éramos las líderes del equipo. Agustin no nos tomaba en consideración porque somos mujeres y me he hartado. Que Parnelli y Jenner hagan el trabajo a partir de ahora.
Lali se dejó caer en el sofá, apartando juguetes y libros de cuentos para que Pepper pudiera sentarse. A Peter lo quería lo más lejos posible.
–Sé que no has sido tú la informadora, Lali –dijo él.
–Ah, vaya, gracias.
–La semana pasada le dije a Agustin que te habían tendido una trampa y él aceptó esperar hasta el viernes. Prometió no molestarte hasta que hubiera tenido más tiempo para encontrar pruebas… pero está claro que fue un error por mi parte. Me quedé tan sorprendido cuando te vi esta mañana… –seguramente percatándose de lo inadecuado de esa frase, Peter tragó saliva–. Agustiin me mintió.
–¡Ah, vaya! –exclamó Lali, irónica–. Es horrible cuando la gente no es sincera contigo, ¿verdad?


+10?

14 comentarios:

  1. Esa ultima frase es el top!! El 42!!! :)

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  2. me he llevado una gran sorpresa con pepper

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  3. con cada momento odio mas a agustin jajajaja

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  4. Esta Pepper no me cae para nada bien... espero no esté pensando algo en contra de lali... espero el próximo

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  5. Maaaasss noooovvvveeeeee!!!!!!!!!!!

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  6. Agustin es un tarado!!!

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  7. Te juro que Agustín no me lo banco mas! Mas nove!!

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  8. oja que linda novela , me gusta mucho tu blog

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  9. Lali tiene que escuchar a peter y tiene que confiar en el aunque sea un pocp difícil!

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