lunes, 22 de abril de 2013
Capitulo 45
Sintiéndose culpable, Lali se prometió prestar más atención en la segunda parte del partido.
Y se alegró porque, unos minutos después, en lugar de quedarse con la pelota todo el tiempo como solía hacer, Caleb se la pasó a Tanner, que marcó un gol, poniendo a las Tortugas por delante.
Lali gritó como una loca, felicitando a los dos chicos.
–¡Buen gol, Tanner! ¡Buen pase, Caleb! –sin pensar, se volvió hacia Peter para compartir el momento y él le hizo un gesto de victoria, sonriendo como un orgulloso papá…
Que conservaran la ventaja durante los minutos que quedaban de partido no era tan importante. El encuentro había estado muy igualado, de modo que podían irse con la cabeza bien alta. Y Sammy no había derramado una sola lágrima.
Uno de los chicos del otro equipo intentó marcar un gol desde lejos en los últimos minutos y Tanner corrió como loco hacia la portería… pero recibió un pelotazo en la cabeza que lo hizo caer de espaldas.
–¡Tanner! –intentando no pensar en el informe que había leído sobre lesiones cerebrales debidas a deportes de contacto, Lali corrió hacia el niño. Pero cuando llegó a su lado vio que Peter había llegado antes que ella, aunque estaba mucho más lejos.
–¿Estás bien, cielo? ¿Cuántos dedos tengo aquí?
–Dos, tía Lali –el niño suspiró–. Estoy bien. Díselo, Peter.
–Tienes que sentarte un rato en el banquillo. Voy a llamar al sustituto.
Lali se sentía un poco tonta, pero estaba temblando. Mandy ocupó el puesto de su sobrino, pero afortunadamente nadie marcó más goles. Tanner había conseguido la primera victoria para el equipo.
–Me siento orgulloso de ti –estaba diciéndole Peter cuando Lali se acercó, después de despedirse de los demás padres–. Te he visto hablando con Caleb antes del partido. Sé que no es el niño más agradable del equipo, pero tú has hecho un esfuerzo para entenderte con él.
–Es mi compañero –dijo Tanner, orgulloso.
Peter sonrió y Lali lo hizo también.
–Bueno, creo que debemos irnos. Es hora de meterse en la ducha. No te ofendas, Tanner, pero apestas.
El niño no parecía estar escuchando.
–Peter, la tía Lali dice que no vamos a volver a verte.
Él se aclaró la garganta.
–Es que estoy muy ocupado con el trabajo.
–Pero me dijiste que no estabas demasiado ocupado para mí –le recordó el niño–. En el partido de los Astros.
Lali suspiró. Su sobrino tenía una memoria de elefante.
–Es complicado –murmuró Peter, mirándola como pidiendo consejo para solucionar aquello.
–¿Es culpa mía? –preguntó el niño–. ¿Porque no me gusta que os beséis?
–No, no es eso –le aseguró Lali, sacando a Nicole del cochecito para comprobar si debía cambiarle el pañal antes de subir al coche.
–Porque no os habéis besado desde que llegamos aquí.
Peter se puso en cuclillas para mirarlo a los ojos.
–¿Quieres saber la verdad, pequeñajo? He hecho algo que no está bien y tu tía está enfadada conmigo, así que no quiere volver a besarme.
–Ah –Tanner hizo una mueca–. ¿Y le has pedido perdón? Hay que pedir perdón cuando haces algo mal.
–Me pidió perdón –intervino Lali, para que el niño no pensara que Peter era una mala persona.
Le había dicho antes que no confiaba en él, pero cuando ocurría algo bueno, como el gol de Tanner, se volvía hacia él. Y cuando ocurría algo malo, Peter estaba a su lado en un segundo.
–¿Y lo has perdonado? –preguntó el niño–. Eso es lo que hacen los compañeros de equipo.
«Compañeros de equipo».
El término le hizo gracia. Así era como los veía Tanner, pensó. No como una familia exactamente, y ella no quería que pensara que nadie iba a reemplazar a sus padres, sino como un equipo: él, ella, Peter y Nicole.
Un equipo cuyos miembros se apoyaban lo pasaran bien o mal, siempre juntos.
–¿Crees que podrías perdonarme, entrenadora? –le preguntó Peter, con voz ronca–. Sé que metí la pata y tienes todo el derecho a dejarme en el banquillo durante un tiempo, pero antes de tomar una decisión quiero que sepas que te quiero.
Los ojos de Lali se llenaron de lágrimas.
–Yo también te quiero.
Las palabras salieron de su boca de la forma más natural, sin la menor duda. Aunque estaba enfadada con él, sus sentimientos no habían cambiado.
–Y te perdono.
Peter la miró como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar… y luego la abrazó, lanzando un grito de alegría.
A su lado, Tanner reía, contento.
–Tápate los ojos, Nicole, van a besarse otra vez.
A esto lo unico que le queda es el epilogo. No voy a darles a escojer otra novela porque no tengo ahora tiempo para editarla, tengo una ya editada que es la que les subire dependiendo cuando acabe la novela. Si quieren la acabamos hoy.
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noooooo que amor:)
ResponderEliminarque genia tanner
ResponderEliminarsube mas :D
ResponderEliminarSube el siguiente!!
ResponderEliminarMe encanto
ResponderEliminarMaaaaaaaaaas porfa
ResponderEliminarSiguelaaa
ResponderEliminarBin lali perdono a peter
ResponderEliminarotro :)
ResponderEliminarsube massss bin ahi lali perdonando a peter
ResponderEliminarsube masssssssssssss
ResponderEliminarTanner es lo maximo
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