Mi pacto con vos está escrito en las estrellas, es más fuerte que la distancia y el tiempo, es un pacto que vence al destino.

domingo, 21 de abril de 2013

Capitulo 44


–Lo sé, pero… –Eugenia frunció el ceño mirando a Tanner. Ninguna de las dos quería hablar de Peter delante del niño–. Me siento culpable.
–¿Porque me animaste a que lo pasara bien o porque tú eres feliz? Ninguna de esas cosas es razón para sentirte culpable. Estoy bien, de verdad.

Eso era lo que había estado diciéndose desde que echó a Peter de su apartamento el lunes, pero lo añoraba como nunca y el e-mail del día anterior solo había servido para intensificar su pena.
–Ahora, deséales suerte a las Tortugas y ve a pasarlo bien con Nico.
–De acuerdo –Eugenia besó al niño en la mejilla, riendo cuando Tanner protestó–. ¡Vamos, Tortugas! Sé que esta semana podéis ganar.
El niño se encogió de hombros.
–Peter dice que lo importante no es ganar sino ser un equipo.
Las dos mujeres intercambiaron una mirada.
Lali no podía prohibir al niño hablar de su amigo, aunque cada vez que lo hacía era como si le clavara un puñal en el corazón.
–Peter tiene toda la razón –dijo Eugenia.
–Bueno, vamos a buscar a tu hermana. Quiero llegar pronto para que podáis calentar un poco antes del partido.


Una vez en el coche, Tanner se volvió hacia ella.
–Sé que no vamos a ver a Peter tanto como antes, tía Lali, pero estará en el partido.
A ella se le encogió el corazón. Había olvidado que Peter había prometido ir al segundo partido…
–No, cariño. No creo que vaya.
En el e-mail decía que estaba intentando respetar sus deseos y ella no quería verlo.
¿O sí?
Tanner se mostró indignado.
–¡Pues claro que irá! Me lo prometió y Peter nunca rompería una promesa.
Como su sobrino y ella no estaban de acuerdo en ese tema, se mordió la lengua.
Pero mientras aparcaba frente al campo de fútbol, Tanner lanzó un grito que le heló la sangre en las venas.
–¿Qué pasa? ¿Te has hecho daño?
–Perdona –se disculpó el niño–. Pero ¿lo ves? Te dije que Peter vendría y ahí está. Me lo prometió.
Lali apretó los dientes, sin saber si alegrarse de que Peter no lo hubiera defraudado o enfadarse porque estaba usando al niño para llegar a ella.
–Ve a saludarlo, pero luego te quiero en el campo para calentar.
Lali sacó la bolsa con las pelotas y las botellas de agua. Su orgullo le prohibía mirar a Peter, pero saber que estaba allí hacía que sintiera un escalofrío por la espalda.
Él no se acercó hasta poco antes de que empezase el partido, cuando Tanner se llevó a Caleb aparte para tener una charla de hombre a hombre sobre deportividad.
–Sé que no quieres hablar conmigo –empezó a decir él– así que no tienes que decir una sola palabra. No volveré a molestarte, ni a ti ni a Tanner, pero le prometí que estaría hoy aquí. Estoy desesperado porque sé que te he hecho daño y no podría soportar hacerle daño a él también.
Conmovida a pesar de sí misma, Lali lo miró, notando que tenía los ojos enrojecidos, como si no durmiera bien. ¿Había perdido peso durante esa semana? Tenía una sombra de barba y una mancha de tinta en el polo oscuro, que no llevaba metido dentro del pantalón. Nunca lo había visto tan desaliñado.
–Tienes un aspecto horrible –le espetó.
Él esbozó una sonrisa.
–Ojalá yo pudiera decir lo mismo. Al menos, entonces podría salvar algo de mi orgullo pensando que me has echado de menos.
–Yo… –sería mejor dejarlo estar, pensó Lali–. Gracias por venir. Tanner se hubiera llevado un disgusto si no hubieras venido.
Él asintió con la cabeza.
–Te echo de menos.
–Yo también, pero… ya no puedo confiar en ti –Lali intentó tragar saliva, pero le costaba trabajo–. ¡Vamos, Tortugas!
Sin decir nada, Peter volvió a su asiento.


Durante el partido, Lali esperaba que nadie se diera cuenta de que tenía el corazón roto. Gritaba animando a los niños, pero podrían estar jugando al críquet porque no se daba cuenta de nada.
Pensó entonces en lo convencido que había estado su sobrino de que Peter iría al partido, de que no los decepcionaría.
¿Los había decepcionado alguna vez? La había investigado, sí, ¿pero todos los agentes del FBI, por ejemplo, eran malas personas que deberían ser castigadas por lo que hacían?
Y luego estaba la humillación de haber sido despedida, pero él lo había arreglado para que pudiese volver cuando quisiera.
Francamente, estaba contenta con una de las entrevistas que había hecho, de modo que volver con Agustin Sierra parecía un lejano plan B.
Estaba enfadada porque Peter se había acostado con ella sabiendo que su puesto de trabajo estaba en peligro, pero los hombres tendían a separar la vida profesional y la personal más que las mujeres. ¿Estar enfadada era una buena razón para renunciar a una de las mejores cosas que le habían pasado nunca?
Dio un respingo cuando el entrenador del otro equipo anunció que empezaba el descanso.
Tanner volvió corriendo del campo, sudando profusamente, pero contento.
–¿Has visto, tía Lali? He estado a punto de marcar un gol.


Le me quede re colgada. Pero bueno, aqui esta el capitulo.

13 comentarios:

  1. Si llegamos a los 10 sigues subiendo?

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  2. Mas nove mas nove mas nove

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  3. maaaas!!! Me encantaaaa
    Tanner ternuritaa ajjaa

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  4. Me encantaaaa! Massss!!!

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  5. Otro mass por favor!!!

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  6. Ya me imagino el chape de reconciliación en el próximo capitulo.... dime que si, que estará! Maas!

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  7. Remando Peter.Lalu dopesando los pros y contras .Espero k le perdone pronto.No pueden estar separados.

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  8. ¡más!

    Tienen que volver a estar juntos, pronto:3

    Un beso.

    @LittleKitKat_

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