Lali llamó a Peter desde lo alto de la escalera.
—¿Ya has encontrado el libro de cocina?
—No —gritó él—. ¿Cómo has dicho que se llama?
—Cocina casera. En la portada hay un dibujo de un pastel de manzana —respondió.
Lali había subido al dormitorio para buscar ropa, pero un simple vistazo al armario la convenció de que debía cambiar radicalmente su indumentaria. Todas sus prendas eran conservadoras, nada sexys. Y ahora que estaba con Peter, quería resultar atractiva.
—Ah, te comportas como una niña —se dijo.
Tomó una falda con estampado de flores y se giró hacia el espejo. Y se quedó helada al ver a una mujer en mitad de la habitación.
Se miraron durante unos segundos sin decir nada. Lali no la reconoció al principio, pero no tardó en caer en la cuenta.
—¿Marcy?
—Pensaba que no te acordarías. Cuando Daniel nos presentó en la fiesta de Navidad, apenas me miraste. Lo supe en ese momento.
—¿Qué estás haciendo, Marcy?
—Lo que debería haber hecho antes y no hice porque estaba asustada. Pero ya no tengo miedo.
—¿Cómo has entrado?
—Con la llave. Sabía que tenías una copia en la universidad.
—¡Lali! —gritó Peter desde el piso inferior—. ¡Ya he encontrado el libro! Venga, vámonos…
Marcy se acercó a Lali y le apuntó con una pistola.
—Contesta o disparo.
—¡Esta bien! ¡Bajo dentro de un momento! Estoy buscando el vestido del que hablamos en el coche…
Lali esperaba que su declaración despertara la curiosidad de Peter y subiera.
—Ahora, siéntate en la cama —ordenó Marcy.
Lali obedeció y Marcy se acomodó junto a ella. Tenía que ganar tiempo como fuera.
—¿Cómo supiste lo de la emisora de radio?
—Se lo contaste a mi marido y él me lo cuenta todo. Estaba preocupado por ti y yo también fingí que me importaba. Pero sólo estaba esperando que se presentara la oportunidad de acabar contigo.
—Pero, ¿por qué?
—Te quiero fuera de nuestras vidas. Desde que llegaste todo ha ido de mal en peor.
—Eso no es verdad…
Peter apareció en ese momento en la entrada. Lali se levantó y lo miró con gesto de súplica.
—Declan, te presento a Marcy Ellsworth, la esposa de Daniel. Ha venido a visitarme.
Marcy se levantó y apretó el cañón de la pistola contra la espalda de Lali. Peter hizo ademán de avanzar hacia ellas, pero Lali se lo impidió. No quería que se arriesgara en vano.
—No, Peter, no te preocupes… Marcy y yo somos amigas. Encontraremos una forma de solucionar este asunto. ¿Verdad, Marcy?
—La única forma de solucionarlo es quitarte de en medio.
—¿Desde cuándo te sientes así?
—Desde siempre.
—Eso no es posible. Seguro que hubo un tiempo en que las cosas iban bien. Una época feliz en la que mantenías una buena relación con Daniel…
Marcy asintió y apretó los labios.
—¿Te acuerdas? —continuó ella—. Cierra los ojos e intenta recordarlo. Dime lo que ves…
Para su sorpresa, Marcy cerró los ojos. Peter intentó aprovechar la ocasión, pero Lali negó con la cabeza.
—Dime lo que ves.
—Nos veo a nosotros. Estamos en el jardín tomando una copa de vino. Daniel acaba de llegar a casa y estamos con nuestra niña. Ha crecido tanto… ahora ya camina y está a punto de empezar a hablar. Todo es perfecto.
—¿Cómo se llama tu hija?
—Emily. Emily Elizabeth Ellsworth —dijo con tristeza.
—¿Y qué le pasaba? ¿Estaba enferma?
—No hables de ella. Nunca hablamos de ella. Por eso nos mudamos a Providence, porque no podíamos soportar vivir en la otra casa.
—Pero podríais ser felices otra vez. Tal vez tener otro hijo.
—No podremos si Daniel te quiere a ti. Y mientras sigas con vida, te querrá.
—Pero yo no quiero a tu marido, Marcy. Y si me disparas, no podrás volver a ser feliz. Estarás en la cárcel y Daniel se quedará solo.
—Él te quiere. ¡Y tú lo quieres a él!
—No lo quiero.
Peter dio un paso adelante.
—Lali está diciendo la verdad —dijo.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque está enamorada de mí, no de tu marido. Y yo también estoy enamorado de ella… Marcy, Lali me lo ha confesado y sé que no me mentiría.
Marcy los miró con sorpresa.
—¿Es eso cierto?
Lali miró a Peter y sonrió, esperando que su declaración no fuera únicamente una estratagema para salir del paso.
—Sí, es cierto —murmuró ella—. Me enamoré de él en cuanto lo vi.
—Quiero vivir con Lali —dijo Peter—. Quiero ser feliz con ella. Y si la matas, ni tú ni yo podremos ser felices. Sería una lástima, ¿no te parece?
Pasaron unos segundos sin que nadie hiciera nada. Por fin, Marcy bajó la pistola. Peter se acercó, se la quitó y la mujer cayó al suelo.
—Voy a llamar a la policía —dijo Peter.
—No, no lo hagas, te lo ruego. Esto tiene que quedar entre nosotros. Está enferma y necesita ayuda. Enviarla a la cárcel no le hará ningún bien.
—Lali, tenemos que avisar a la policía.
—¡No! —exclamó, mientras se arrodillaba junto a Marcy e intentaba animarla—. Marcy cambiará y tú no dirás nada. ¿Lo prometes?
Peter la miró con desesperación.
—Está bien, lo prometo.
Lali ayudó a Marcy a levantarse.
—Ven conmigo. Necesitas lavarte la cara y peinarte un poco. Después llamaremos a Daniel para que pase a recogerte.
Marcy empezó a llorar.
—Lo siento. Lo siento mucho… por favor, no le digas a Daniel lo que ha pasado.
—Tranquila. Daniel está enamorado de ti. Lo comprenderá y te ayudará. ¿Puedes darme el número de teléfono de tu casa?
Marcy se lo dio y entró en el cuarto de baño. Antes de seguirla, Lali marcó el número en el móvil y se lo dio a Peter.
+10 solo quedan 2 capitulos, no tiene prologo asi que solo eso. La terminamos hoy?
noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarsi terminemola hoy daleee
noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
Mas noveee, me imagine en un momento de que era la esposa de daniel.. Mas genia :)
ResponderEliminarmasssssssssssssssssssssssmassssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarmas nove
ResponderEliminarNoveeeee
ResponderEliminarNoveeeee
Tenia k ser una mujer.
ResponderEliminarDaniel tiene la culpa x contarle todo a su mujer.Ella se cego x los celos
ResponderEliminarEncima esta lo k paso con su hija ¿k paso para k esta mujer se desequilibre tanto?
ResponderEliminarMas novela.
ResponderEliminarLa ocasion es perfecta se declararon y sinceros.
ResponderEliminarNoveeeee
ResponderEliminarSubi mas
Siiii
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