Cuando Lali pasó por delante del taller de Peter después de trabajar, vio que estaba cerrado, igual que lo había estado a la hora de almorzar. Se preguntó si la policía lo habría arrestado. Sabía que era imposible que él hubiera robado aquel coche. Tenía que haber otra explicación. Sabía que había cometido muchos errores en el pasado, pero ese capítulo de su vida había quedado ya completamente olvidado. Desde una cabina, llamó a la granja, pero nadie respondió al teléfono. Ni siquiera Stefano.
A pesar de que sintió la tentación de ir a la granja, no lo hizo. Pedro necesitaba mamar y su madre tenía que marcharse a casa. Tami llevaba cuidando del pequeño casi siete horas.
-¿Qué pasa? -le preguntó su madre en el momento en el que entró por la puerta.
-Nada. ¿Por qué?
-Pareces disgustada.
-Sólo estoy cansada -mintió Lali-. Y me resulta muy duro dejar a mi hijo.
-¿Te has enterado de lo de Peter?
-¿A qué te refieres?
-Tu padre me ha llamado para decírmelo. Parece ser que Peter ha robado otro coche.
-Eso no se sabe todavía.
-¿Significa eso que has hablado con Peter? -le preguntó su madre.
-Euge comentó algo en el salón, pero no he hablado con él para averiguar qué es lo que realmente está pasando.
-Yo te diré lo que está pasando -replicó su madre-. Ha estado robando coches y molestando a los Small.
-Mamá...
-Trudy Johnson, mi vecina, es muy amiga de Leah. Me dijo que Leah le había contado que Peter estaba tratando de vengarse de John. Culpa a John por el hecho de que lo metieran en la cárcel hace unas pocas semanas.
-Y debería culparlo -replicó Lali, muy indignada-. PETER encontró a John, a sus hermanos y a su primo pegando a Stefano. Peter sólo lo defendió.
-Tal vez eso sea lo que Peter te quiso contar, pero...
-Sé que eso fue lo que ocurrió porque yo estaba viviendo con Peter por aquel entonces y vi a Stefano y a él cuando llegaron a la casa. Stefano me contó lo sucedido.
-Él diría cualquier cosa con tal de proteger a Peter. Lo idolatra.
-Stefano no mentiría. Y tampoco sabría.
-Cuando alguien no está bien de la cabeza, hija, no se puede dar nada por sentado -replicó su madre. Entonces, recogió su bolso y su abrigo-. Sé que siempre has sentido mucha simpatía por Peter, pero...
-No. No siento simpatía por Peter, mamá. Estoy enamorada de él -le espetó ella.
-¿Cómo dices, Lali?
-Es cierto. No quería admitirlo, ni siquiera conmigo misma. Por eso me
marché de aquí con Amadeo. Estaba enamorada de Peter y tenía miedo de estar cometiendo un error terrible. Sin embargo, el error fue marcharme con Benjamin.
-Lali, Peter es un ladrón de coches.
-No me lo creo.
-Entonces, ¿de dónde ha sacado ese coche que han encontrado en su granja? Los coches no se materializan así como así.
-La policía está investigando. Estoy segura de que se darán cuenta de que era un antiguo coche de Hatty o... algo así.
Tami se colocó las manos sobre el pecho.
-¿Y qué me dices de Pablo? Esperaba que terminarais juntos. Sois la pareja ideal. Su madre me dijo que él estaba interesado por ti desde antes de que tú tuvieras el niño. ¿Te lo imaginas? El hombre que siempre has deseado está interesado en ti después de todo lo que te ha ocurrido...
-Lo siento, mamá. Sé que ni a papá ni a ti os gusta Peter, pero...
-Piensa en la vida que llevarías si te casaras con Pablo. Piensa en la casa que tendrías. En el padre que él sería.
Pedro había empezado a llorar de hambre, y Lali se acercó a la cuna para darle de mamar.
-No puedo cambiar mi modo de sentir, mamá. Llevo dos años intentándolo, pero vuelvo a estar donde empecé.
-¿Qué le voy a decir a tu padre? -preguntó Tami completamente apesadumbrada.
-Dile que... ¿Por qué no le dices que tenga un poco de fe?
-¿De fe?
-En mí.
Su madre la contempló durante varios segundos.
-¿Estás segura de que es a Peter a quien quieres?
- Sí, pero eso no significa que vaya a conseguirlo. Él me pidió una vez que me casara con él y yo le rechacé. No sé si volveré a tener otra oportunidad.
-Supongo que en eso sí podemos tener fe -comentó Tami. Sonrió de mala gala y, al verla, Lali no pudo evitar soltar una carcajada.
Lali estuvo esperando toda la noche al lado del teléfono, deseando que
Peter la llamara.
Había dejado varios mensajes en su contestador, pero ya eran casi las once y se temía que no tendría noticias suyas. Pensó en llamar a Eugenia, ya que, seguramente, ella habría conseguido hablar con Peter, con su padre o con la policía, pero le pareció que era demasiado tarde para hacerlo.
Después de esperar un rato más, fue a darse una ducha. No dejaba de pensar en aquel coche. ¿Por qué estaría escondido en la granja de Peter? A pesar de que no tenía respuesta para aquellas preguntas, sabía que existía.
Cuando salió de la ducha, decidió que no podría dormir sin haber hablado primero con Peter. No le gustaba tener que sacar a su hijo a aquellas horas, pero si lo abrigaba bien, no pensaba que pudiera perjudicarlo. Tras tomar la decisión de marcharse, se sintió mucho mejor. Encontraría a Peter, estuviera donde estuviera y convencería a la policía de que lo creyeran. Si estaba en la cárcel, haría todo lo posible para sacarlo. No sabía si Peter tenía dinero, pero, si no podía pagar la fianza, ella se lo pediría a Mike.
Peter estaba comenzando a sentir la tensión de haber estado todo el día en la comisaría cuando por fin llegó el fax que estaban esperando. El oficial Bennett lo recogió y se llevó las dos hojas de papel al despacho del sheriff Clanahan.
Clanahan se quitó las gafas y miró a Peter, que estaba sentado al otro lado de su escritorio. Orton los observaba desde la puerta.
-Parece que dice la verdad -dijo el sheriff, después de repasar bien el documento.
-Entonces, ¿el coche que encontramos era de Lali? -preguntó Orton, incrédulo.
-Eso parece. No realizó los papeles correctamente, pero su firma resulta completamente legible en el documento de compra.
-Antes de dejar que se vaya, creo que deberíamos llamar a Lali para comprobarlo.
- ¡Por el amor de Dios, Orton! Son más de las once. No pienso llamar a Lali Esposito a estas horas. Creo que si a ella le hubieran robado el coche lo habría denunciado.
-Probablemente -afirmó Orton-, pero algo no encaja.
-¿El qué? -preguntó Peter. Después de tantas horas allí, se sentía impaciente-. Como he dicho antes, su coche se estropeó antes de que llegara al pueblo. Cuando se lo arreglé, ella no me pudo pagar, así que me regaló el coche a cambio. Yo traté de venderlo, pero, como no generaba interés alguno, decidí que era una pérdida de tiempo y lo retiré. ¿Qué es lo que resulta tan difícil de comprender?
Bueno, subo rapido, voy de salida, no se si regresare y si llego a regresar, y veo que hay +10 subo mas novela. Ya no le queda mucho eh! asi que depende de ustedes cuando la termino.
Me encantooo sube mas
ResponderEliminarSii mas
ResponderEliminarmaaass ♥
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ResponderEliminarMaaaaaaas nooveeee :3
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